"El perro-perra con actitudes de gato"

Me acordé de una historia rara, de esas que pasan en Chañaral no más..


Cierta vez, tiene que haber sido el año 1991 ó 1992, mi perro regalón, Boby, ya había sido asesinado por el mata perros del Milenko Zaro y yo odiaba a muerte cualquier tipo de mascotas: perros gatos, tortugas o loros, era la misma cosa para mi....Un día mi hermana Martha, de a poco fue metiendo un perro con pinta de ni una wea a la casa...Llegó cachorro el kiltro y se crío con los gatos vagos que mi mamá alimenta con los restos del almuerzo...Razón por la cual, adoptó características felinas, como saltar a la ventana, ser huraño y imperceptible, casi imvisible...De a poco fui aceptándolo, más por pena que por cariño...Era muy re feo "el perro con actitudes de gato" como lo bautizó el honorable Juan Carlos Maturana. Cierta mañana, desde mi lecho de cañero fino, escuche la terrible chantá de auto, el chancacazo y el caracteristico aullido del perro atropellado...Salimos todos a mirar y mi hermana lloraba porque el kiltro estaba tira'o en la calle muerto...Justo en la esquina aparece mi tia Nelly, conocida mundialmente por su mal genio y caracter fuerte...Ve al perro tirado y grita: "levantate, levantate perro de mierda. Martha, ven a buscar a este perro ordinario"...Ahí justo ocurrió el milagro, el perro culiao se levantó, y de tres saltos, cual gecela, se metió raudo a la casa...Ahí empece a estimarlo...Resucitó, pero quedó cojo de una pata...Lloró toda la noche y al otro día, mi papá me mandó a arreglarle los huesos a la casa de un compositor cerca del cerro botín...Me pasaba el auto, por eso accedí sin chistar...Además caerían unas luquitas huachas pa la pilsen...Llegamos al cuartucho del compositor, que con voz dulce nos invitó a pasar, pues mi compadre Maturana me acompañaba en aquellos menesteres. El viejo de a poco se ganó la confianza del perro, que a mi no me pescaba...le sobó la pata mala y me dijo que lo ayudara a afirmarlo, estaba piola el perro hasta que el viejo le dio un tirón y el weon gritó como diablo, abrió su hocico y clavó sus dientes en mi mano, no se quería soltar y colgaba de mi brazo con sangre en el hocico. Tapé a chuchadas al viejo, le pagué 1.500 pesos y eché al perro culiao al auto de la terrible pata...Maturaba observaba el cuadro cagado de la risa...Le hicimos un vendaje, el más feo nunca antes visto y pa la casa...Todavía me wevea Maturana y todavía tengo la marca del perro en mi mano. Esto que cuento fue en enero, ya a fines de febrero, ocurrió lo más extraño...El perro nunca fue perro, era perra, como era peludo nadie reparó en si tenía o no pichula de perro...Y un día, se apareó y quedó preñado, preñada en este caso....Sin más, pasó a llamarse, filipino y ahí me encomendaron otra tarea...Ir a dejarlo a la posada "Aquí me quedo" en PortoFino, con la excusa que de hay otros perros y sobrevivirá...Partimos, el auto otra vez fue la moneda de cambio que me hizo aceptar la misión...El negro Michel era mi ayudante esta vez...Echamos a la perra a una caja y nos fuimos, en la línea del tren llegando a Barquito, vimos al Salinas y al Mandinga haciendo dedo...pa arriba los weones y seguimos viaje... pasado la Hippie el perro empezó a weviar y se pasó al asiento de adelante...De tan nervioso se cagó y manchó a los dos polizontes jajajajaja....Lols weones iban a tirar pinta y cagaron....Dejamos al perro en la pozada, pasamos la tarde en la playa y a la vuelta vimos al perro-perra con actitudes de gato, correteando con los otros canes...Ya tenía una nueva familia....Me fuí tranquilo y al tom,ar la carretera echamos arriba del auto a la flaca Maca y a la Nelia que hacían dedo...El día terminaba mejor que como comenzó...