Monday, April 10, 2006
About Me
- Name: Christian
- Location: Santiago, Santiago, Chile
Nací en Chañaral, III Región de Chile. Periodista de la Universidad ARCIS, con especialidad en diversas áreas sociales. Actualmente me desempeño como jefe de informaciones y editor de economía del Diario La Nación de Chile y corresponsal para el Diario Página 12 y Radio del Interior, de Buenos Aires, Argentina y Radio Nacional de la Universidad de Bogotá, Colombia. Además me he especializado en Comercio Exterior, Minería, Medio Ambiente y Deportes. Desde hoy subiré las notas que no son publicadas o algunas regalonas actuales y antiguas, pues mi viejo blog pasó a mejor vida.
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Una vez fuímos a Porto Fino, en pleno invierno, el Matu, el Cristiano, el Rafa y el Aranda...NO había nadie...Lo primero fue robarnos un neumático de la casa de los Vecchiola, luego lo prendímos, donde el Negro Marcelo tiene su Chálet. Ahí armamos la carpa...
Lo de siempre, primero unos copetes, otra cosilla, buena conversa y el comienzo de la locura. Al rato de eso, nos pintamos la cara con carbón y nos fuímos caminando a la carretera, a la Posada "Aquí me quedó". Llegamos hablando en un idioma que sólo nosotros conocíamos y pedimos unas cervezas. Nos atendió una mujer de no más de veinte años. Muy linda y nos dejó a todos encantados. Sucios y locos como estábamos, la invitamos a nuestra carpa...Casi dice que bueno...
Frustrados por la invitación fallida, conversamos otro rato y nos contó que había una camioneta abandonada en la pozada por años...Era una chevy café, nadie la reclamaba y nadie la usaba...Quién sabe qué habrá pasado con ella. Y bueno, con la mina, jamás la volveremos a ver.
La cuestión es que nos devolvímos a la carpa y seguimos carreteando. La noche estaba oscura y tenebrosa. Se sentían pasos y a lo lejos silbidos...Pensamos que era "Pata de Lija", pero nos acordamos que había muerto hace poco. Y mientras tanto, seguían los silbidos cada vez más cercanos. Salimos a mirar, ya con algo de miedo, amplificado por el temor de Aranda que echaba chuchas pal mundo y rezaba...
Obviamente no había nadie. Y seguía el tenebroso silbido fffffsffsfsfs.
Estuvimos así por horas, hasta que el Matu, con su oído aguzado por sus estudios de sónido, cachó todo.
NO era un silbido de ultratumba, era el Pancho Aranda que al respirar, emitía tal ruido...Un moco lo taconeaba la nariz y hacia parecer una simple exhalación como el más terrible de los quejidos.
Superado el temor, nos metimos cada uno al saco y a calar....
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