Otro aporte de Rodrigo "Gato" Morales (Con la complicidad de Víctor López).
El problema siempre ha sido que hacer,
no que decir
es temprano como para ponernos a esperar
que se desangre la noche
al borde de los adoquines -me decias -
mientras adentro de los taxis
los chicos se ocultaban de la ultima lluvia de verano.
ese verano la ciudad se escondio entre tus ojos
y un punto sin perspectiva,
ese verano la ciudad desaparecio
como cuando escondemos
algo roto para siempre de esa manera.
esto ya no es amor mariel,
esto es puro rock
sin embargo entre la cassetera del taxi
y el florero
entre los viejos discos y las hortensias
aun te dejo nena unos gramos de esto...
4 Comments:
Cierta tarde de febrero, mirando el mar desde la carpa en Pan de Azúcar, con esa mirada pérdida que tienen los sobrevivientes, me ví extraviado, sin ganas de nada, ni de abrir la primera pilsen...
En eso, de la nada apareció el Gato y el Salinas...Sin decirme nada, se sentaron a mi lado, y destaparon las primeras botellas...Al poco insistir, agarré mi mochila, me despedí de mi vieja y comenzamos a caminar en dirección a Piqueros...
Yo, con cinco kilos menos y cuarenta noches sin dormir, acepté gustosa la invitación al carnaval...
Ambos perdonajes no saben lo importante de su irrupción casi divina (casi tan divina como caundo aparteció el negro con el ramillete)...Me sacaron del infierno y a punta de licores varios comencé a armarme de nuevo...
Hoy que estoy como Optimus Prime...Puedo reir con esa historia (que terminó cada noche en la carpa rota) que en su momento me tuvo en las cuerdas...
Gracias weones, gracias de verdad...
Carlos Díaz es un visionario. Cada cierto tiempo se encarga de nutrir nuestras vidas con personajes dignos de un cuento sudamericano de los buenos...A mi, una tarde de junio del año 2001, en uno de mis viajes "terapeúticos" a Chañaral, me comentó de "Don Pepé"...
Estábamos en el Cuchitril tomando cervezas, nos acompañaba Salinas que obviamente ya había escuchado de este mítico personaje.
Urmeneta narraba que el hombre hablaba poco, que en su modesta casa, casi una choza, convivía cin una ruma de ceniza, miles de cajas de lucky Strike y colillas amontonadas por años...
Nos dijo que un montón de vagos del pueblo adoptaron a Don Pepé como amigo, sólo para tener un espacio cerrado donde porder ir a chupar, pero que nadie entendía la cuerda locura del sujeto de pelo cano y prominente joroba.
Carlos Diaz por eso tiempo, caminaba por el lado oscuro de la luna, compartiendo con peronajes como Burro-Perro, un tal ciego y uno que otro punketa de pacotilla o rock star de pueblo...Era frecuente, encontrarlo en la bajada que lleva a la casa de la Flaca Nina, con su respectiva recompenza en los bolsillos, esa que se envuelve en papel de diario...
Era cotidiano también, verlo caminando por la Costanera en dirección a la casa loca..
Pero este lapso en la vida de mi amigo, no impidió que su mirada de lente gran angular, observara la gracia de Don Pepé...
UN par de horas, tras mucho insistir, Pejeperro accedió y fuímos a la casa del ermitaño...Yo llevaba mi grabadora para tratar de inmortalizarlo...De a poco fuímos ganando su confianza, pero no nos permitió entrar al ruco...Ante nuestras ilusas preguntas, ñel nos respondía con monosilabos nerviosos, como que lago temía.
En ese tiempo, me fije en su ropa: Una camisa blanca con rayos plateados dibujados en la zolapa. Tal Flash Gordon...En las mangas también habían kotivos galácticos estampados por sus propias manos...Los más de sesenta años del hombre, no le habían quitado su niñes, pues sus bototos mineros, brillaban de un gris metálico. Un color que ni Ray Bradbury pensó en sus crónicas marcianas...
Saqué mi grabadora y Don Pepé retrocedió, luego de hablarle calmadamente...Accedió..Primera pregunta...¿Quién es usted, Don Pepé?...
"Soy todos los hombres del mundo"...
Ibamos por la segunda y aparece un jeep antiguo, se baja un afamado escritor chañaralino y nos trastorna la entrevista...
Don Pepé nervioso nos pide que nos vayamos, no nos movemos. Don Pepé ruega que nos alejemos. Nosotros ni un centímetro...Don Pepé nos grita fuerte..."Vayánse, a mi hermano no le gustan mis visitas"...
Partímos, sin nada...Sólo con el recuerdo de esa ropa extraterrestre y el miedo en la cara de Don Pepé...
NO sé ahora que será de él, jamás lo volví a ver...Recuerdo esa tarde y recuerdo que cuando yo era muy niño e iba a la Plaza de Chañaral, en los tiempos que estaba de moda y el Horacio ponía música...Don Pepé daba miles de vueltas a su alrededor, al sentido contario de la masa. Iba solo o a lo mejor no tan solo...daba pasos con su mochila de pensamientos, esos que traté de conocer una tarde de junio...
Si tienes o tienen otro personaje digno de una historia, no duden en escribirlo...
Gracias por tu aporte patagónico amigo Rodrigo...
La media tranca hermanito.. Viva el ron Dominican...
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